Motivos para visitar a nuestro psicólogo para adolescentes en Morón de la Frontera
Para ayudarte a entender cuáles pueden ser los motivos por los que acudir a consulta, aquí tienes los más comunes.
- Retrasos en el desarrollo emocional/cognitivo y trastornos del sueño
- Dificultades para concentrarse y/o socializar o de aprendizaje
- Dislexia o hiperactividad. Algunos adolescentes también empiezan a sufrir somatizaciones (dolores de cabeza, de estómago, eczemas…) para ocultar un sufrimiento más profundo
- Bullying o falta de adaptación en el instituto
- Problemas relacionados con la adolescencia (anorexia, bulimia, drogadicción, etc.)
Puede ser difícil para vosotros, padres, juzgar si vuestro hijo necesita o no ayuda psicológica. Si tenéis alguna duda, no dudéis en pedir consejo a las personas que intervienen en la vida diaria de vuestro hijo, como pueden ser sus profesores.
¿Cuándo debe acudir mi hijo al psicólogo?
Lo más frecuente es que los padres se planteen consultar a un psicólogo para sus hijos adolescentes cuando hay una situación que no saben ni pueden afrontar. Cuando aparecen los primeros síntomas ya ha pasados señal de que hay un problema, pero es bastante difícil evaluar, cuantificar y aconsejar un periodo específico para iniciar las consultas. Si tienes dudas, puedes hablar con el pediatra o el médico de cabecera de tu hijo para que te aconseje y, posiblemente, te ponga en contacto con un nuestro psicólogo para adolescentes en Morón de la Frontera.
Y sobre todo, ¡sigue tu instinto! El primer apoyo de tu hijo eres tú. A la primera señal de un cambio de comportamiento, lo mejor es que hables con tu hijo. Pregúntale e interésate por su vida en la escuela, sus sentimientos y sensaciones. Intenta abrir un diálogo para ayudarles a desahogarse y a confiar en ti. Este es el primer paso real para ayudarles a mejorar.
Y si, a pesar de todos tus esfuerzos e intentos de comunicación, la situación sigue bloqueada y su comportamiento es diferente al que estás acostumbrado, no dudes en consultar a un especialista como el que encontrarás en Fromm Bienestar.
¿Cuál es el proceso?
Antes de la primera sesión, el papel de los padres es explicar y tranquilizar al adolescente sobre lo que es acudir a la cita. Deberán decirle que van a conocer a una persona que está acostumbrada a trabajar con jóvenes y que les va a ayudar. Evidentemente, el adolescente se va a resistir, y es posible, muy posible, que no colabore, pero tarde o temprano, lo hará.
La duración de la terapia dependerá del joven y del problema a tratar. Para algunos, las palabras saldrán después de una sesión, mientras que otros tardarán más de un año en confiar en nosotros.
Al mismo tiempo, el papel de los padres es crucial. Aunque no esté presente en las citas, el terapeuta deberá contar con su motivación y asegurarse de que está de acuerdo en inmiscuirse en su vida familiar interrogando al adolescente y poder darle algún consejo constructivo.
Estamos a vuestra disposición para cualquier cosa que necesitéis. ¿Hablamos?