La dependencia emocional es un estado psicológico que se pone de manifiesto en las relaciones con los demás. Principalmente afecta a una de las partes de la relación, aunque también puede darse en ambas.
Una relación es el vínculo que se establece entre dos o más personas, y en la cual tiende a darse una correspondencia o conexión entre ellas. Así, generalmente, todas las partes implicadas obtienen algún tipo de beneficio, ya sea emocional, afectivo, laboral etc.
La dependencia emocional tiene rasgos característicos que podemos distinguir:
-El dependiente emocional está inmerso en relaciones destructivas en las que se produce sometimiento, idealización, y desequilibrio: “Vales más que yo”
-Muestra incapacidad para dejar la relación, incluso sabiendo que resulta perjudicial: “Seguro que me quiere, estoy exagerando”
-Tiene miedo al abandono/soledad por considerarla completamente intolerable: “Quiero que siempre estés conmigo”
-Cuenta con una anulación de la propia persona, teniendo verdaderas dificultades para reconocer su propio yo: “Sin ti no soy nada”
-Manifiesta intensos deseos de agradar: “Te daré lo que quieras si no te vas”
-Tiene unas escasas habilidades sociales: “No podría valerme por mí mismo/a”
-Hay una necesidad excesiva de sentir cariño y experimentar afecto: “¿Seguro que me quieres?”
Entre los principales motivos que hacen a una persona dependiente están la necesidad de imitación, la autoestima baja, un historial de relaciones negativas, etc. La premisa más aceptada es la teoría del apego de John Bowlby.
Según este autor, en la infancia de la persona se habría generado un apego inseguro y ansioso con sus principales figuras protectoras. Éstas, normalmente, serían inconsistentes, a veces cálidos y otras fríos, dificultando el establecimiento de una relación afectiva sana.
No hay un guión, pero es recomendable que cumpla aspectos como estos para evitar la dependencia emocional:
Si sospechas o hace tiempo te sientes así es importante:
Resulta fundamental la concesión de una progresiva autonomía desde las figuras parentales hacia los hijos. Si por el contrario, madre-padre-hijo siguen unidos a través de un aparentemente oculto hilo de dependencia, no es de extrañar que antes o después surjan problemas relacionados con la propia autonomía y autoconfianza.
Es muy importante permitir que nuestros hijos logren experimentar sus emociones y pensamientos de forma autónoma, de manera que no seamos nosotros los que pongamos nombre a lo que creemos que deben sentir. Si lo hacemos, siempre se regirán por un criterio externo para definirse, siendo imposible que se conozcan ni a comprender su futuro sufrimiento cuando nadie sea capaz de explicárselo.
Asimismo, resulta muy positivo que trabajen en su propia percepción corporal, realizando ejercicios, tareas o conductas que fomenten la autoconciencia corporal y, en definitiva, su propio ser individual.
Si por el contrario, y a causa de nuestros propios miedos e incapacidad para comprender las emociones propias, nos empeñamos en vivir a través de nuestros hijos, siendo continuamente su “termómetro” y diciéndoles cómo han de sentirse, estaremos sembrando la semilla de una dependencia de la que sin duda acabarán brotando el dolor y la incomprensión.
En Fromm Bienestar podemos ser ese catalizador que necesitas para ayudarte a evitar esa dependencia emocional. Sabemos cómo hacerlo y queremos demostrártelo.
¡Ven a vernos!
Si sufres taquicardias cuando suena el teléfono o te da pánico pensar en realizar una…
Llevamos años asistiendo al auge del vapeo, con sus atractivos olores y sabores, y sus…
A día de hoy, la Terapia con Realidad Virtual es una realidad ampliamente y puede…
Llevamos algunos años hablando de las criptomonedas y en los últimos tiempos incluso estamos asistiendo…
Chemsex un término de origen británico que surgen de fusionar las palabras chems (de chemicals,…
¿Sabes qué es el síndrome de Peter Pan? Sigue leyendo y descúbrelo con nosotros. Te…
Esta web usa cookies.