En este artículo nos gustaría reflexionar acerca del papel del deporte en el manejo de las adicciones. A tal fin, nos detendremos en los beneficios que este aporta, en su importancia para la prevención de las conductas adictivas y en sus posibles consecuencias negativas (si las hubiera).

¿Qué nos aporta el deporte?

Según incontables estudios, la actividad deportiva nos brinda la oportunidad de satisfacer varias parcelas importantes de nuestra salud. 

En primer lugar, el hecho de mantenernos activos reporta toda una serie de beneficios a nivel físico. Algunos son la prevención de la obesidad y la diabetes, la mejora del sistema cardiovascular, el aumento de nuestra capacidad pulmonar, la ganancia de musculatura en prevención de lesiones, etc.

Pero además de estos y muchos otros aportes físicos, el deportista experimenta una serie de ganancias a nivel emocional y psicológico. Hablamos, entre otros, del alivio del estrés y la ansiedad, manejo de los síntomas depresivos, sensación general de bienestar…

Finalmente, en algunos deportes, también existen una serie de beneficios vinculados al hecho de compartir la actividad con los demás: creación de nuevas relaciones de amistad, trabajo en equipo, competitividad sana…

Adolescentes y el culto al cuerpo

Como podemos ver, son muchas las consecuencias positivas de hacer deporte. Es por ello por lo que parece razonable pensar que, en el caso de personas adictas o con tendencia a serlo, pueda ser de gran ayuda.

Veamos si esto es realmente así.

¿Beneficia el deporte al adicto?

Hay que señalar que una persona adicta, por lo general, tiende a refugiarse en el objeto para evitar algún tipo de malestar, o bien busca experiencias fuertes de manera rápida y espectacular.

Si una persona hace deporte de forma regular, es más que probable que encuentre en él un alivio importante a su sufrimiento. Pongamos el ejemplo de una persona que ha sufrido una pérdida recientemente. Por más que lo intenta, no puede dejar de pensar en ello, y su malestar es enorme. En un principio se plantea consumir cocaína “para olvidar”, pero un buen amigo le aconseja apuntarse con él al equipo de fútbol de su barrio.

Ante esta situación, lo más probable es que la persona en cuestión comience a centrarse en la competición deportiva con cierta ilusión. Aquí encontrará, además de la relajación propia que nos da el ejercicio a través de la producción de una serie de neurotransmisores, la posibilidad de vincularse a otras personas. Esta conjunción de factores le alejará de las drogas, pues ya no las necesitará para encontrar alivio a su dolor.

Gracias a este ejemplo podemos suponer que el deporte ayuda al potencial adicto. Si es capaz de mantenerlo en el tiempo y encontrar motivación en él, muy probablemente se olvidará de elegir otros caminos menos deseables. Además, el hecho de rodearse de personas amantes del deporte, le ayudará a alejarse aún más de dichos caminos.

¿Por qué no tengo amigos?

Todo esto suena genial pero… ¿Podría ser perjudicial para un adicto?

Consecuencias negativas

Aunque todo suena fantástico a la hora de hablar del ejercicio, hay un aspecto que debemos tener en cuenta de forma que su práctica no suponga un problema.

Además de las posibles lesiones, plantea un inconveniente para personas de corte obsesivo o muy competitivas. Pudiera ocurrir que alguien que comienza a hacer deporte con la mejor de las intenciones acabe creando en él un refugio adictivo. Con esto nos referimos a que pueda llegar a obsesionarse, necesitando practicarlo cada vez más y más, y terminando por engancharse. No podemos olvidar que toda conducta que implique un refuerzo, es decir, que nos resulte agradable, es susceptible de convertirse en adictiva. Es por ello por lo que se recomienda siempre diversificar y no enfocarse solo en una de ellas.

En resumen, y respondiendo a la pregunta que nos hacíamos al principio, parece claro que el deporte es beneficioso casi para cualquiera. En el caso de los (potenciales) adictos actúa como un importante factor protector. El hecho de compartirlo con otras personas y de experimentar las sensaciones agradables que ya de por sí nos produce, resultan en un cocktail muy saludable.

Sin embargo, hay que estar alerta ante la posibilidad de que el deporte acabe convirtiéndose en un nuevo objeto adictivo. Para ello, se recomienda siempre que la persona lo compagine con otras actividades.

Con un adecuado equilibrio es como mejor funcionan las cosas. Y en Fromm Bienestar podemos ayudarte.