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¿Qué hago si mi hijo niega ser adicto?

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Muchos padres acuden a la consulta de Fromm Bienestar preocupados porque sus hijos niegan tener un problema con las drogas. A pesar de los largos interrogatorios y de su gran inquietud, el adicto insiste en que no le pasa nada. Para defender su argumento, suele utilizar expresiones como “puedo dejarlo cuando quiera”, “solo fumo a veces” o “el problema lo tenéis vosotros, que siempre me controláis”

La negación de la adicción es uno de los síntomas más comunes en el adicto. Al principio, ni él mismo es capaz de ver que tenga un problema. Al no experimentar, en muchos casos, grandes cambios en su día a día, piensan que todo marcha bien y que su comportamiento no tiene nada de malo.

A esta primera fase se le conoce con el nombre de pre- contemplación, y en él la persona aún no es capaz de considerar que tenga un problema y que necesite algún cambio en su vida. Por eso, siendo honestos, no hay nada que desde fuera podamos hacer hasta que la persona en cuestión logre ser capaz de ver, al menos, que es posible que algo negativo está ocurriendo.

 

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Adicto: en busca del estado de contemplación

La siguiente etapa deseable dentro del proceso de superación de una adicción es conocida con el nombre de fase de contemplación. En ella, la persona sí que es capaz de ver que algo ocurre. A pesar de ello, aún no está decidida a cambiar, pero sí que es consciente de que su situación no es la que debería.

Uno de los objetivos que los psicólogos nos proponemos al principio es ser capaces de alcanzar esta etapa. De lograrlo, estaremos dando los primeros pasos hacia la confrontación del problema. No podemos olvidar que en el camino para llegar a esta meta también pueden ser de gran ayuda los padres o allegados de la persona en cuestión, aunque no siempre resulta fácil brindarla de la forma correcta.

¿Qué hacer?

Lo primero que hemos de tener en cuenta es que no existe un procedimiento único, válido y exacto para llevar a un adicto a que vea su problema. La mayoría de las propuestas están basadas en distintos modelos teóricos que suelen resultar eficaces, y cada una de ellas realiza su enfoque de un modo diferente.

Para que todos lo entendamos, hemos de distinguir un par de conceptos muy importantes a este respecto. El primero de ellos tiene que ver con la palabra reactancia. Esta se refiere a que cualquier individuo que se sienta presionado, forzado u obligado a algo, tenderá a hacer todo lo contrario. Existen numerosos estudios en los que se comprobó que carteles del tipo “prohibido pisar el césped” ocasiona que la mayoría de la gente lo pisara aún más si cabe.

Parece que no nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer, y en el caso de una adicción aún menos. Es por eso por lo que debemos evitar presiones exageradas, confrontaciones demasiado directas y órdenes acerca de la conducta adictiva.

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El otro de los conceptos es el de libertad, y está muy relacionado con el anterior. Las personas necesitamos sentirnos libres, pensar que estamos decidiendo nosotros mismos sin ser presionados. Es por esto por lo que, si queremos lograr que alguien sea consciente de que tiene un problema, debemos ser capaces de encender la chispa para que sea esa persona la que lo decida por sí misma. Suele ser recomendable utilizar las reflexiones en voz alta, la expresión emocional y el modelado.

Veamos algunos ejemplos…

Dentro del contexto del tema que estamos tratando, parece claro que no es lo mismo apuntar con el dedo y decir “¡Tienes que dejar de fumar porros! ¡Eres un desastre”! que sugerir “No queremos entrometernos en tu vida hijo, pero quiero que sepas que tu madre y yo estamos preocupados por ti. Ya eres mayor para saber lo que haces…” (y cambiar de tema).

Tampoco parece igual el uso de amenazas del tipo “¡Como te vuelva a ver drogándote prepárate!” que apuntar “Sería una pena que con lo inteligente que eres desperdiciaras oportunidades por no estar al cien por cien”.

Como vemos, todo aquello que implique un toque emocional sincero, tiende a tener un mayor impacto en la persona, logrando la reflexión posterior.

Asimismo, en cuanto al modelado, todas aquellas conductas saludables que el adicto vea en personas cercanas a él también serán de gran ayuda.

Conclusión acerca de la negación del problema de un adicto

Hacer ver a alguien que tiene un problema de adicción no es nada sencillo. En muchos casos lleva tiempo, y alguna que otra frustración. Sin embargo, si logramos ser constantes y sobre todo no invasivos, los resultados pueden ser muy positivos.

No olvidemos que, tras la fase contemplativa, existen otras (preparación, acción, mantenimiento y posibles recaídas).

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