Es muy probable que, como todos los adolescentes, no te hayas parado, realmente, a analizar una cuestión muy importante: tu propia existencia. Tal vez este asunto no tenga demasiado sentido para ti, ya que con solo pronunciar tu nombre y apellidos, ya es bastante para definirte a ti mismo.

Sin embargo, en algún momento de tu vida seguro que te has preguntado quién eres, y un nombre, unos apellidos y una historia personal parece no ser suficiente para definir un concepto tan amplio como lo es la identidad de cada uno. Y aunque no lo creas, este es un concepto muy relevante en lo que se refiere a psicología y adolescentes. 

La identidad, un concepto que a veces los adolescentes no son capaces de comprender

Son tantos los elementos que nos componen, que muchas veces llegamos a sentirnos confundidos, no teniendo demasiado claro si somos de esta o aquella manera o es que, sencillamente, los demás nos han convencido de que en realidad somos así.

Por ejemplo, imagínate que tu ser se conforma mediante capas:

La capa de tus genes

De esta forma, determinados rasgos de tu persona (o gran cantidad de ellos) los has recibido casi sin pedirlo de parte de tus antecesores. Aquí se incluye no sólo a tus padres, sino también a tus abuelos, a tus bisabuelos, etc. Como podrás suponer, es muy difícil saber qué contribución a tu dotación genética viene de tal o cual persona.

Tu aprendizaje

En la segunda capa encontraríamos tus aprendizajes, los que se generaron a raíz las interacciones que tuviste con todas las personas y situaciones que han formado parte de tu vida hasta este momento. Gracias a ellos, tienes una idea acerca de lo que está bien y de lo que está mal, de cómo es el mundo, de qué te hace feliz, etc. Intentar cuantificar esto sería también bastante complejo.

Las cualidades que has asumido como tuyas

Esta es la tercera, y gracias a ella puedes decir que eres introvertido, responsable, alegre o gruñón. Sin embargo, y aquí aumenta la confusión, es posible que en esta capa se hayan mezclado aquellas ideas propias sobre ti mismo con aquellas que los demás tienen de ti y te han transmitido. De esta forma, ya no sabes si en realidad eres introvertido o simplemente te lo decían, si eres responsable o siempre te dijeron que lo eras, o si eres alegre o es que otros te veían así. El caso es que un día diste como válida esa información, y así es cómo te ves ahora.

Quién deberías ser para encajar con otros adolescentes

Las tres capas anteriores se entremezclan y combinan con esta última,  formada por quién crees que deberías ser. De esa forma, podrías mantener una lucha por cumplir con el ideal que los otros esperan de ti, evitando defraudar a nadie, ya que la aceptación de los demás la consideras esencial.

Como podemos ver, el asunto del autoconcepto, la autoimagen y la manera en la que nos vemos no es un asunto que deba tomarse a la ligera. Y si tu hijo es uno de esos adolescentes en Sevilla que necesita ayuda, podemos ayudaros.

El autoconocimiento, clave en la vida de los adolescentes en Sevilla

Considerando todo esto, y si nos detenemos un instante a analizar qué pasa por la mente de un adolescente, no es de extrañar que nos encontremos ante una persona que aún no tiene demasiado claro quién es. Es una persona que está viviendo muchos cambios a nivel físico y hormonal, a los que trata de dar un sentido.

A veces, para encontrar una respuesta, la persona se ve impulsada a adoptar una serie de estrategias no siempre deseables que le pueden ayudar.

Así, por ejemplo, comienza a imitar a otros, con la esperanza de sentir que encaja, con la ilusión de por fin ser alguien. En otros casos puede mostrarse beligerante, luchando contra las normas y contra los demás para convencerles de que él es único, que tiene su propia identidad. Finalmente, podría tratar de buscar esa respuesta en el mundo de Internet, donde millones de jóvenes como él revelan una imagen de lo que se supone que es “guay”.

El no conocerse puede ser el origen de una adicción.

Al punto donde queremos llegar es que precisamente en esa búsqueda, en esa lucha, es donde solemos encontrar el origen de muchas conductas adictivas, como el consumo de drogas, o incluso de diversas patologías relacionadas con la baja autoestima, la depresión o incluso los trastornos alimenticios.

Por todo esto, en ocasiones, el papel del psicólogo se hace indispensable para tratar de orientar a la persona a que se tome ese camino de autodescubrimiento con calma, animándole a encontrar su verdadero yo sin necesidad de caer en comportamientos destructivos o que pongan en riesgo a los demás.

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