Fumar es un placer… y una adicción. Al menos, eso es lo que dicen aquellas personas que a diario llenan sus pulmones de alquitrán y nicotina. Una situación estresante, un momento de relax, un hábito armonioso… cualquier motivo es bueno para ir en busca de un mechero y prender esa llama que llena de alegría al fumador “¿Quién eres tú para decirme el modo en el que debo acabar con mi vida?” piensas mientras das una calada a ese delgado palito.
Quizá algunos de los que estáis leyendo este artículo estéis atravesando el difícil proceso de dejar de fumar. Un buen día decidisteis armaros de valor y embarcaros en la apasionante travesía de abandonar el tabaco para siempre. Otros, sin embargo, puede que continuéis postergándolo, con la excusa del “ya lo haré” o el “pero si fumo muy poco”.
Los que se han animado a hacerlo, se estarán dando cuenta de que es una tarea más complicada de lo que pensaban.
Esto es así porque la nicotina, como cualquier otra droga, ha creado en el organismo del fumador una adicción que le hace estar literalmente enganchado al tabaco. Dicha dependencia se manifiesta a menudo de dos formas: una física y otra psicológica.
La primera de ellas se explica en términos químicos, pues nuestro cuerpo aún se resiste a dejar de ingresar esa cantidad de sustancia que nos originaba un falso placer. La otra se refiere al acto de fumar en sí mismo, como acompañante o acción fuertemente asociada a determinados eventos o situaciones (con los amigos, al despertarse o al tomarse una copita)
Si estás luchando por lograrlo, hay posibles síntomas que experimentarás durante este período, pero que irán disminuyendo.
Son estos: estado de ánimo depresivo, insomnio, irritabilidad, ansiedad, dificultades de concentración, inquietud y aumento de peso. Todos son síntomas propios de la abstinencia, aunque no tienen porqué aparecer.
Piensa que a nuestro cuerpo no le gusta que le quiten lo que había aceptado como suyo, y tratará de “engañarte” para no dejar de fumar. Pero si eres capaz de superar el primer mes, que suele ser el más difícil, ya lo tendrás muy encaminado. Podemos asegurarte que el esfuerzo merecerá la pena.
Deja que te demos desde Fromm Bienestar algunas pautas que quizá puedan serte útiles para dejar de fumar:
En resumidas cuentas, parece obvio que dejar de fumar no es tarea fácil. Sin embargo, no olvides la gran cantidad de razones por las que lo haces, principalmente relacionadas con la salud.
Y como casi todo en la vida, la clave para lograrlo está en ti mismo.
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