Es justo decir que la mayoría de los chicos que acuden a la consulta de un psicólogo en Lebrija aborrecen la terapia, y que, por lo general, cuando han asistido y no ha funcionado, la odian. Sin embargo, hay veces que los adolescentes necesitan ayuda para afrontar los retos de la vida.
Es aquí donde nosotros, desde Fromm Bienestar podemos ofreceros a todos la ayuda que es necesaria.
Se puede ayudar a los adolescentes, pero sabiendo cómo hacerlo
Para tratar adolescentes de forma efectiva es necesario ser capaces de mantenerlos sentados durante todo el tiempo de la sesión, y para ello, hay que saber cómo hacerlo. No se puede tratar a estos chicos y chicas de la misma manera que se trabaja con adultos.
Se necesita un lenguaje mucho más natural, común a psicólogo y a paciente, y gracias a la experiencia de nuestro psicólogo para adolescentes en Lebrija, sabemos usarlo.
El éxito de su tratamiento no está en que tengan que acudir a consulta, sino en que sean ellos los que quieran volver. Es más, uno de los objetivos que tenemos en Fromm Bienestar es que sientan curiosidad por lo que pueden hablar en la próxima sesión con nuestro psicólogo para adolescentes en Lebrija.
También es importante que no sientan miedo de la esperanza. Hay que tener en cuenta que muchos adolescentes se sienten defraudados por los adultos por muchos motivos diferentes. Por esa razón, es fundamental forjar una relación de amistad con los jóvenes, para que puedan confiar en su terapeuta.
Es por esto por lo que es importante hablar de forma natural, sin guiones o reglas premeditadas. Los adolescentes rechazan todo esto, y a los adultos que lo hacen. En consulta trabajamos por crear un espacio libre de todo lo anterior, sin juicios, solo pretendemos que los chicos y chicas que vienen se sientan a gusto y que nos cuenten lo que ellos quieran. Esta es la única manera de poder llegar a ellos y poder proporcionarles las pautas y herramientas para que superen esa situación que no les hace sentirse bien.
Un psicólogo para adolescentes en Lebrija que no fuerza la empatía
Algo muy habitual en las terapias con adolescentes es tratar de demostrar empatía, a veces, forzada. Los chicos y chicas son perceptivos, y se dan cuenta cuándo hay un intento de “fingir” esa empatía, y eso no les gusta.
Tiene que existir, sí, pero esa compenetración entre paciente y psicólogo no debe ser fruto de las técnicas o del academicismo, sino, del verdadero interés por ayudar. Debe crecer de forma orgánica a partir de la consideración y el respeto mutuos que las personas desarrollan entre sí, algo que requiere un compromiso verdadero. Te comprometes, y si al joven le gusta lo que ve, es cuando conecta.
Podemos ayudar a tu hijo a superar su problema, pero para eso tiene que conocernos. ¿Por qué no nos llamas y hablamos?