La adolescencia es difícil

Esta etapa de sus vidas no es igual para todos los jóvenes: algunos pasan por ella con rapidez y sin muchos problemas, pero, para otros, la pubertad explota como una bomba, y cuando termina, nada es igual en ellos.

En Fromm Bienestar hemos visto a muchos padres que se sienten sobrepasados por cómo se comportan sus hijos en la adolescencia y lo muy desconcertados que se hallan por el cambio que se produce en ellos.

Son situaciones en las que, por ejemplo, aparece la ira y la rebeldía, y los padres no saben cómo solucionarlo.

Acudiendo a la consulta de nuestro psicólogo para adolescentes en Castilleja de la Cuesta podemos asesorarte y trabajar con tus hijos y contigo de forma que esa tensión paternofilial desaparezca. Os ayudamos a que la relación entre ambas partes sea lo más fácil posible, proporcionando pautas y herramientas para que seáis vosotros mismos los que trabajéis en casa.

A diferencia de lo que muchos padres y madres puedan pensar, los cambios de los hijos en la adolescencia no suceden porque hayan recibido una mala educación. No es cuestión de que debieras haber sido más estricto o menos permisivo. Los cambios ocurren, tanto a nivel físico como emocional, y en ellos influyen, por supuesto, factores internos, pero también externos.

¿Necesito un psicólogo para adolescentes en Castilleja de la Cuesta?

Puede no ser sencillo reconocer las señales que indican que tu hijo necesita la ayuda de un psicólogo para adolescentes en Castilleja de la Cuesta. Por esa razón aquí te vamos a dejar algunas:

Depresión

La adolescencia suele ir acompañada de un período difícil desencadenado por una conciencia repentina de las fragilidades de la vida. Cuando los adolescentes entran en la depresión del desarrollo, se sumergen en meditaciones sobre la muerte, símbolo de su pérdida de la inocencia y la identidad infantil. La comprensión de la mortalidad, de que los seres queridos y ellos mismos son vulnerables, comienza a oscurecer su perspectiva.

Aunque esta causa malestar interno, también señala un nuevo capítulo en la vida de un adolescente. Comienza a emerger un sentido de sí mismo.

Los chicos y chicas no pueden forjar una percepción cohesiva de sí mismos sin examinar estas inseguridades e incertidumbres. Hay que luchar con los dos temas clave de la depresión del desarrollo: identidad e individualidad. De lo contrario, permanecen atrapados en comportamientos anticuados de la primera infancia, como rabietas o ira.