¿Qué es el síndrome Burn Out?
El síndrome Burn Out es un trastorno que se da principalmente en el entorno laboral. En él, la persona manifiesta un estrés elevado que altera su vida diaria, provocándole síntomas físicos y psicológicos, que si no se tratan adecuadamente, pueden acabar generando una adicción. Como norma general, dichos síntomas suelen estar relacionados con la depresión y la ansiedad, y no es de extrañar que acaben produciendo bajas laborales de importancia.
El síndrome suele aparecer en personas que desarrollan trabajos denominados “vocacionales”. Así, resulta frecuente su aparición en personal médico y que se encarga de cuidar a otras personas. Como podemos intuir, el aspecto emocional, la percepción de responsabilidad y la elevada autoexigencia son elementos clave en este problema.
El síndrome Burn Out tiene que ver con cómo es el entorno laboral en el que la persona se desenvuelve. Si las condiciones de trabajo son malas, el ambiente es hostil o las tareas son demasiado rigurosas, se va cayendo en una espiral de frustración y ansiedad que acaba por hacer que enferme. Además, si a esto le añadimos la falta de tiempo o una cantidad excesiva de trabajo, tenemos el caldo de cultivo perfecto para que el trastorno aparezca, provocando serios problemas de dependencia.
Son muchas las personas que pueden llegar a padecerlo, pero como norma general, las que lo sufren suelen ser muy empáticas, perfeccionistas, inseguras y dependientes. Hablamos de aquellas en las que la influencia de la opinión del otro es elevada y que se sienten sometidas al juicio crítico de los demás de manera continua.
¿Cuáles son sus síntomas?
Como suele decirse, cada persona es un mundo, pero existen una serie de signos y síntomas asociados a él:
- Baja autoestima
- Agresividad contenida
- Impaciencia
- Taquicardia
- Dificultad para concentrarse
- Insomnio
- Absentismo laboral
- Desempeño pobre
¿Cómo prevenir el síndrome Burn Out?
Aunque la labor principal se encuentra en la empresa, y es ella la que debe crear un ambiente adecuado para el trabajador, hay algunas cosas que se pueden hacer para evitar que aparezca.
En primer lugar, es necesario trabajar la autoconfianza. Con esto nos referimos a que la persona sea capaz de ver por sí misma que su trabajo es importante, y que su aportación es de utilidad.
Por otro lado, las situaciones que le generen excesivo estrés deben aprender a manejarse. Para ello, puede ser interesante aprender a gestionar las tareas de forma pausada, organizar mejor el horario, realizar ejercicios de respiración frecuentes, etc.
Una herramienta muy útil para evitar el Burn Out es interiorizar una serie de habilidades sociales que puedan ser de ayuda. Por ejemplo, hay veces que el trabajador acepta un gran número de tareas, aún sin corresponderle, por el simple hecho de no saber decir “no”. Por tanto, trabajar la asertividad puede ser una excelente fórmula para gestionar mejor el estrés y hacer las cosas con más calma.
Finalmente, la adopción de una serie de expectativas realistas acerca de lo que realmente puede hacer y lo que no también puede ser de gran ayuda. Para ello, evitaremos plantearnos metas demasiado altas e inaccesibles, y las sustituiremos por otras más alcanzables y saludables.
¿Cómo se diagnostica?
Como norma general, la entrevista clínica ayuda a reconocer los indicios del trastorno. Gracias a ella, el experto realiza una serie de preguntas al trabajador con idea de valorar su grado de satisfacción general con la labor que realiza. Asimismo, se detiene específicamente en el análisis de sus síntomas y estudia su importancia e impacto en el trabajo.
Tratamiento
El mejor tratamiento es una buena prevención. Sin embargo, en los casos en los que el síndrome ya ha aparecido, la clave estará en minimizar el estrés, aprender a manejar mejor los desafíos del trabajo y centrarse en aumentar la autoestima de la persona. De esta forma, podremos evitar que desemboque en una adicción.
Consecuencias del síndrome Burn Out
El burn out suele aparecer de manera paulatina si no tomamos las medidas adecuadas. En caso de que se prolongue demasiado en el tiempo, podría llegar a hacerse crónico, algo que dificultaría su posterior mejoría.
En el caso de no tratarse, la persona podría quedarse en un estado continuo de abatimiento y desilusión. Generalmente, comienza a realizar las tareas de manera automática y sin ninguna motivación, llegando a convertirse cada día en un verdadero drama. El consumo de alcohol, fármacos u otras drogas tampoco es de extrañar que aparezcan. En casos graves, la persona puede caer en una profunda depresión e incluso llegar al suicidio.
Por todo esto, si te has sentido identificado con lo que acabas de leer, ¡pide ayuda! En Fromm Bienestar estamos para ayudarte a sentirte mejor.
