Hace ya algunos años se empezó a usar la realidad virtual para luchar contra las drogas. Armados con cascos y gafas de realidad virtual, expertos de un centro de rehabilitación en Shanghái simulaban en entornos controlados el consumo de sustancias por parte de sus pacientes, mientras monitoreaban sus constantes.
Al mismo tiempo que les proyectaban las imágenes, medían marcadores como el movimiento de los ojos o el pulso, para saber si eran adictos. Luego los comparaban con personas no adictas y en estado relajado. Todo esto ocurría en China, donde el consumo de drogas no es legal y está penado con ingreso en prisión o en centros de desintoxicación.
¿Cómo puede ayudarnos la realidad virtual?
A día de hoy, la Terapia con Realidad Virtual es una realidad ampliamente utilizada en muchos países del mundo, entre ellos España, y puede ayudar en los tratamientos de múltiples trastornos, entre ellos las adicciones. Gracias a la realidad virtual (VR) podemos replicar situaciones de la vida real y tratar a personas con, por ejemplo, miedo a volar o a las agujas.
Hasta hace poco se trataba de un sistema costoso. Sin embargo, gracias al creciente interés por los videojuegos se ha producido un abaratamiento de estos sistemas.
Ahora, por medio de un casco o unas gafas relativamente baratos, los participantes se pueden sumergir en un entorno de tres dimensiones gracias a un software o programa específico, que va conectado a un ordenador. Este programa está especialmente diseñado para mostrarnos la «aventura» en cuestión que vamos a vivir. Una especie de terapia de exposición pero interactiva.
¿En qué consiste la terapia?
La terapia, que siempre ha de estar dirigida por un especialista, consiste en enfrentarse a las situaciones temidas por el paciente pero de forma virtual. Esto hace que la persona pueda vivir esas experiencias de forma más segura y controlada. Además, el paciente se encuentra en todo momento monitorizado (conectado a unos sensores que controlan su corazón, su respiración…) para asegurarse de que todo va bien y acompañado en todo momento de su terapeuta.
En el caso de las adicciones, se suele colocar a la persona en situaciones virtuales en las que existe la tentación de consumir alguna sustancia y entrenarla a rechazarla. Esta forma de tratamiento ayuda a que el paciente se pueda centrar en su impulso de consumir y observar cómo se siente: cómodo, incomodo… Le permite analizar sus propias reacciones, pensar y meditar. Incluso experimentar el craving, que es como se conoce al deseo (o necesidad psicológica) intenso e irrefrenable que conduce al individuo a abandonar la abstinencia. La persona puede llegar a consumir, todo ello de manera interactiva, dado que el nivel de recaída de estos pacientes suele ser alto.
La importancia de un entorno seguro
Todo esto supone un entrenamiento para posteriormente ser capaces de rechazar la sustancia en un entorno real. Además, al ser capaces de no consumir las sustancias en este entorno controlado del juego o programa, el paciente mejora su capacidad de autocontrol y se siente más empoderado.
En la actualidad se siguen llevando a cabo estudios para entrenar la inhibición en personas con adicciones y, si bien la realidad virtual no sustituye a la terapia tradicional, puede ser un complemento muy beneficioso si se utiliza de manera correcta.
