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Adicción a las drogas: palabra de adicto

By 26 enero, 2021Adicción
adicción a las drogas
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La adicción a las drogas es un auténtico calvario para muchas personas. Buena muestra de ello lo constituyen estos fragmentos, los cuales nos hablan muy a las claras del verdadero impacto de esta realidad en las personas que la viven. Se trata de una carta escrita por un adicto al alcohol y a la cocaína, que nos desvela la parte más sombría de su alma, en un desesperado intento por salir de un pozo que cada vez se ha hecho más profundo. Casi sin darse cuenta de cómo empezó todo.

“Y han pasado los años, y sigues igual. Te dices a ti mismo una y no más, esto se acabó. Muchas fiestas, desfase, demasiado tiempo enredando. Ya estás cansado, harto…”

Desesperación, angustia, miedo, agotamiento. La adicción a las drogas te atrapa y te mete en una maraña de hilo negro de la que cada vez te resulta más difícil desenredarte. Por más que lo intentas no logras hacerlo, y tu vida parece convertirse en un continuo vaivén de euforias y ansiedades, de buenos ratos y terribles malestares. Una noria que acaba por hacerte sentir mareado y confuso.

No es más alcohólico quien más bebe sino quién tiene un porqué

“Demasiadas resacas físicas y emocionales, muchas noches sin dormir, todo es una pesadilla. Pero como en cualquier mal sueño, luego viene el despertar, se olvida y vuelta a empezar…” Eso es la adicción a las drogas.

Él mismo nos desvela que la adicción a las drogas te mantiene atrapado en una realidad de la que no se sale fácilmente. Cuando por fin lo consigues, se trata de un despertar engañoso, ya que este te hace volver con más fiereza si cabe en las garras de la enfermedad. Comienza así un círculo del que no resulta fácil salir.

“Así es tu vida. Contra viento y marea, sigues con tu novia más fiel, la reina de la noche. Nunca te falla, siempre está ahí, puntual a vuestra cita…”

Resulta sorprendente el modo en el que este adicto describe al objeto de su adicción. La compara (a la cocaína) con la auténtica reina de la noche. Es la que de verdad manda, la que le promete fiel y leal amor. La que nunca le falla. En la que siempre puede encontrar refugio. Ha sido casi como un flechazo a primera vista, en realidad envenenado y lleno de sombras.

“Y te engañas a ti mismo pensando que la controlas, que la dejas cuando quieras. Y no sabes que es justo al revés…”

Estas palabras nos resultan reveladoras, casi místicas. En cualquier caso son muy auténticas. Nos habla de la realidad de las drogas, de su verdadero poder. Nos muestran la errónea sensación de control del adicto, que acaba creyendo que tiene la sartén por el mango. Lo que no le resulta tan fácil ver es que él mismo es la verdadera sartén, llena de aceite hirviendo, y que es la droga la que provoca que se queme si no lo evita.

Cómo dejar las drogas sin internarse

“Lo único que puedes hacer para curarte de la adicción a las drogas es querer, nada más. No te puedes curar sólo, no podrás dejarla solo con tu voluntad…”

Una de las primeras reacciones de un adicto es la fuerte creencia de que él solo puede con todo este asunto. Asumido como un tema personal, tiende a dejar bien a las claras que él no necesita ayuda, que saldrá de todo igual que ha entrado. Le cuesta tiempo asumir que esto no es tan sencillo, y que desde dentro de un pozo no hay la luz suficiente para encontrar la salida.

“Tu vida es una gran mentira, pero no lo ves. No ves nada, solo a ella, a tu fiel novia. Ya has tocado fondo, no puedes estar peor. Es como un día nublado, no ves el Sol, pero siempre está ahí…”

Qué ciertas son estas palabras. La fijación con el objeto de consumo es tal que te encuentras pegado a él, como nublado por él. Esto es así hasta tal punto que no eres capaz de ver más allá. En palabras de esta alma sincera, tu vida, con la adicción a las drogas, se convierte en una gran mentira que te cuesta aceptar. Y sobre todo cambiar.

“Estás enfermo, pero esto tiene cura, aunque pienses que no. Basta con que des un paso adelante, con admitir que tú solo no puedes…”

El final feliz de la historia está en aceptar la realidad. En mirar a los ojos a la verdad, y en dejarse desnudar por ella. Un adicto necesita ayuda, precisa de alguien que encienda su luz y le guíe por el oscuro sendero de la adicción.

“Demasiado camino perdido empieza uno nuevo, intenta volver a vivir, a ser lo que fuiste, vuelve a encontrarte…”

En definitiva, sé tú otra vez.

Palabra de adicto.

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