Es bien sabido que las relaciones sentimentales no siempre son fáciles, sobre todo cuando una parte sufre una adicción. Actualmente son muchas personas en relaciones de pareja que buscan el consejo de profesionales para mejorar su situación. Otras, por el contrario, eligen separar sus caminos ante su percibida incapaz de reconciliación.
Pero… ¿Por qué ocurre esto?
En este artículo nos gustaría detener la mirada en las particularidades de las relaciones de pareja, aportando además algunos consejos o ideas que puedan servir de ayuda para aquellas personas que no lo estén pasando del todo bien.
Las relaciones de pareja: todo un mundo por explorar
Una de las cosas más importantes que hemos de considerar para analizar las relaciones de pareja es el hecho del vínculo especial que se establece entre las dos partes. No hemos de olvidar que cuando dos personas comienzan una relación, cada uno de los miembros pone en juego toda una serie de creencias, hábitos, rasgos de personalidad, manías, historias del pasado e ilusiones de futuro, que han de encajar o al menos acercarse a las del otro. Cada uno ha de lograr ese ensamblaje con las de su pareja para que la relación sume en lugar de restar.
Precisamente este el principal motivo por el que los problemas sentimentales ocurren. Si cada persona viene con su propio “yo” y además con algunos o muchos conflictos sin resolver, es muy probable que proyecte en el otro sus problemas, creándose a veces un cocktail explosivo.
En el caso de una relación de pareja, podría aplicarse el axioma propio de la Gestalt según la cual “el todo es más que la suma de las partes”. Es decir, las personas han de tolerarse, respetarse, quererse, aprender a navegar juntas y muchos otros aspectos que a veces resultan ser verdaderos desafíos.
¿Cuándo surgen los problemas?
Las dificultades vienen de esa unión, de esa conjugación de psiques y emociones no siempre bien entendidas y manejadas. Si, por poner un ejemplo, uno de los miembros de la pareja considera que es el otro quien debe resolver sus conflictos, y además se frustra si no lo hace, podemos tener el comienzo de un problema. La otra parte, por seguir con el ejemplo, puede asumir esa responsabilidad en un intento por ayudar a su pareja, algo que no siempre le funciona ni resulta ser lo más recomendable.
Por tanto, una de las claves para que una pareja funcione es que cada uno haya hecho antes una profunda labor de autoconciencia. Dicho de otra forma, que reconozca rápida y fácilmente sus fantasmas y trabaje para responsabilizarse de ellos afectando lo menos posible a la otra persona.
¿Qué hago si en las relaciones de pareja hay muchos “fantasmas”?
La mayoría de las parejas que acuden a consulta suelen estar ya muy enredadas en sus problemas. Los reproches, las malas formas, la desgana, la ira… han hecho mella y la situación se ha puesto muy difícil.
La mejor manera de quitar el enredo es siendo capaz de lograr una gran capacidad de perspectiva. Es decir, cada uno de los miembros ha de poder ver sus propias virtudes y defectos, y hacerse responsable de la mejora de aquellos aspectos que solo a él le corresponden.
Aquí va a ser necesario tirar de toda una serie de valores humanos como el perdón, el amor, el respecto, etc. Será esencial pues, asumir que la otra persona también ha estado movida por una gran inconsciencia, y desde ahí es de donde se habrá de comenzar a trabajar.
Una conclusión esperanzadora
Estar en pareja no siempre es fácil, y menos para un adicto, pero las personas que lo deciden han de tener claro que si quieren estarlo ha de ser para ser más felices de lo que lo serían estando solteros. Por lo tanto, si cada uno de ellos es capaz de ser honesto y poner de su parte para ganar en aspectos como en empatía, cariño, bondad y tolerancia, las cosas mejorarán.
Resulta curioso que en muchas ocasiones, las personas afirman haber sido más felices estando solas que cuando estuvieron en pareja. Esto ocurre porque los demás actúan muchas veces como auténticos espejos en los que nos reflejamos y vemos las cosas que no nos gustan de nosotros mismos.
Por tanto, tenemos dos opciones. Podemos quedarnos recluidos y aislados, sin establecer relaciones importantes con los demás o arriesgarnos a disfrutar de la compañía del otro, aunque esto implique estar dispuesto a recapacitar y a aprender.
Que cada uno elija su camino…Nosotros te podemos ayudar en Fromm Bienestar.
