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¿Cómo ser un buen padre? Preguntas que te puedes hacer

By 20 octubre, 2020Adolescentes, Familias
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Se ha escrito mucho acerca de cómo ser un buen padre. En todo lo escrito, se dan consejos acerca de cuál es la mejor forma de educar, de qué cosas se deben hacer y cuáles no, etc. En definitiva, se intenta arrojar luz a un panorama ya de por sí nada claro. Nosotros, desde Fromm Bienestar, queremos aportar nuestro granito de arena a esta cuestión.

Ser un buen padre no es una tarea sencilla. Además, se hace difícil enunciar una definición acertada acerca de lo que implica serlo. Por ejemplo, quizá algunas personas consideren que un buen padre (o madre) es el que hace todo lo que puede por sus hijos, cuidándolos al máximo y brindándoles su amor en todo momento.

Por el contrario, puede haber gente que piense que es mejor padre el que sabe imponer normas y educar a sus hijos en unos valores claros y definidos, tratando de hacer de ellos unas buenas personas en el futuro.

¿Qué es ser un buen padre?

Con toda la cautela que el tema requiere, vamos a tratar de aproximarnos a una definición lo más acertada posible de lo que es ser un buen padre. Un buen padre o madre es capaz de encontrar el balance adecuado entre la expresión de afecto y la aplicación de normas.

Esta definición se presenta muy clara y bonita, pero la realidad a veces no es tan sencilla, sobre todo si somos padres de adolescentes

Para empezar, no siempre resulta fácil encontrar el equilibrio. Es frecuente encontrar padres que se exceden en la expresión del afecto, llegando a hacer de sus hijos el centro de sus vidas, cuidándolos y mimándolos de manera excesiva. Aquí, no es de extrañar que pueda darse una sobreprotección, dotando a los hijos de una serie de privilegios cada vez mayores sin que estos tengan que hacer mucho esfuerzo.

También se dan otros muchos casos en los que los padres muestran una actitud fría y autoritaria. En casa todo son normas, reglas, prohibiciones, etc. Aquí observamos claramente una falta en el afecto y el cariño, en el reconocimiento y en la comunicación.

La respuesta a cómo ser un buen padre está en la globalidad

Quizá al leer estas palabras comiences a intuir a qué nos referimos.

Ser buen padre es ser capaz de combinar ambas realidades. Dicho de otra forma, lograr hacer saber a sus hijos que les quiere y que son importantes en su vida, pero también saber cuándo decir no y cuándo imponerse.

Si eres padre y estás leyendo esto, debes saber que este camino puede no ser sencillo. Los niños, y más aún los adolescentes, te pondrán a prueba continuamente. Se necesita tiempo para alcanzar el equilibrio, y también un continuo aprendizaje por parte de los padres para alcanzarlo. No te desesperes si no consigues hacerlo siempre bien, y céntrate en hacerlo mejor la próxima vez cuando algo no salga como esperabas.

La comunicación también es fundamental

¡Todos a una! Este bien podría ser el grito de guerra ideal en la educación de los hijos. La pareja debe estar unida en todo momento. Si los hijos encuentran alguna fisura, ten por seguro que sabrán aprovecharla para salirse con la suya. Es por esto por lo que la comunicación entre ambos progenitores resulta esencial para llegar a acuerdos y ser capaces de tomar la mejor decisión.

De nada sirve que una de las partes, por ejemplo, se esfuerce porque su hijo dedique tiempo a los deberes si la otra le recompensa por detrás sin hacerlos y le anima a ir al parque a jugar. Aunque parezca una tontería, esto ocurre muy a menudo, y acaba por crear un lío en la cabeza del crío.

Un aspecto importante a mencionar es que resulta interesante que esta comunicación también exista hacia los abuelos u otras figuras familiares como tíos o cuidadores. De nada sirve ser una piña en casa si luego viene el abuelo y le compra chucherías al pequeño continuamente.

Una mirada a las familias monoparentales

Si eres padre o madre soltero/a, todo lo anterior es igualmente aplicable. La diferencia quizá se encuentre en que, en ocasiones, será necesario que cuentes con alguna figura de apoyo para ayudarte. Uno mismo no tiene que ser capaz de saberlo todo o de hacerlo todo bien, por lo que saber pedir ayuda resulta fundamental en un asunto tan importante como es la educación de los hijos.

En resumen. Ser buen padre o buena madre puede ser la experiencia más bonita e ilusionante de tu vida. Todo va a depender de si estás dispuesto a aprender por el camino y a pasarlo a veces un poco mal, o vas a hacer de ello un valle de lágrimas. Confiamos en que optes por la primera opción.

Si necesitas apoyo en cómo tratar con tu hijo adolescente, nos tienes a tu lado. Ven a vernos.

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