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¿Qué son las alianzas familiares?

By 8 abril, 2021Familias
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Antes ya hemos hablado acerca de la familia y sus diferentes tipos. Sin embargo, hay un tema sobre el que nos gustaría reflexionar, y es aquel que tiene que ver con las denominadas alianzas familiares. Si estos vínculos se dan, corremos el riesgo de que se pierda la unidad en el propio núcleo de la familia. Algunos de sus miembros podrían acabar saliendo perjudicados.

¿Qué son las alianzas familiares?

Tal y como ya sabemos, la familia es un sistema dinámico constituido por varios miembros. En ella se dan múltiples interacciones, las cuales van desde aquellas basadas en una pobre comunicación hasta otras en las que existe una intimidad más profunda. Parece lógico, por tanto, pensar que las relaciones entre todos los miembros de una familia no son idénticas.

Hasta aquí no debe haber ningún problema. Un hijo, por ejemplo, puede llevarse mejor con su madre o con su padre que con su hermano, o viceversa. En este caso, el funcionamiento de la familia no tiene por qué verse afectado por la situación, ya que todos siguen cumpliendo su parte.

El problema viene cuando se da una auténtica pérdida de comunicación entre algunos de los miembros, o incluso existe una rivalidad importante. Es frecuente que puedan darse las llamadas alianzas familiares para aliviar la situación. Con este concepto nos referimos a la constitución de una especie de “equipos” dentro de la estructura familiar, de manera que se crearían «facciones» rígidas enfrentadas. El deterioro que esto conlleva suele ser grande.

El apego en la familia

Un ejemplo podría ser el caso en el que un padre está enfrentado con su hijo y su mujer, pero se lleva muy bien con su hija. Asimismo, los dos primeros se muestran muy unidos, y acaban rivalizando con el marido y la hija. Como vemos, aquí se estarían produciendo una especie de equipos, los cuales, es probable que lleguen a reprocharse cosas entre sí. El deterioro en la estructura puede ser grande si esta situación se mantiene demasiado en el tiempo, llegando a romper la familia por completo.

La triangulación

Una de las situaciones más típicas que suele ocurrir es aquella conocida como triangulación. En ella, dos miembros de una familia, por lo general los padres, están enfrentados entre sí y su comunicación es muy pobre. A fin de manejar esta situación, recurren a “utilizar” a otro de los miembros (el hijo) como puente, ya sea para obtener información o incluso posicionarlo en contra del otro progenitor. Aquí son muy frecuentes estrategias como el chantaje, la manipulación emocional o el soborno.

Cuando esto ocurre, el hijo o la hija se enfrenta a un fuerte conflicto de lealtades, y acaba sufriendo un agotamiento importante a causa de estar en esta posición.

¿Cómo repercuten las alianzas familiares en la familia?

Aunque todo esto nos suene un poco a película de ciencia ficción, es algo mucho más habitual de lo que pensamos. Se estima que en al menos el 70% de las familias se produce algún tipo de alianza que influye en ella.

Hemos de tener en cuenta que el gran problema de todo esto reside en que en las alianzas es la confrontación y la falta de comunicación. Si las dos personas que rivalizan no se toman el tiempo necesario para debatir sus conflictos y en su lugar utilizan a otro miembro como escudo, es probable que los problemas nunca se solucionen. Por tanto, estaríamos hablando de una evitación en toda regla, con el peligro que conlleva que acabe haciéndose crónico.

La familia y sus diferentes tipos

En el caso de la triangulación, hemos de mencionar que se trata de uno de los principales síntomas de la separación en las parejas. Si ambos cabezas de familia no resuelven sus conflictos e involucran a uno de sus hijos en medio, suele ser señal de que las cosas han alcanzado un punto muy negativo.

¿Qué se puede hacer?

Desde Fromm Bienestar abogamos por una comunicación genuina y auténtica dentro del seno familiar. Es decir, los padres hemos de hacer un esfuerzo por educar en la dirección de lograr expresar los problemas con la mayor claridad posible. Y no solo esto, sino especialmente con la persona con la que se tiene la dificultad y no con otra.

La neutralidad es otro de los elementos más importantes y difíciles de alcanzar. Los padres, al igual que los hijos, hemos de intentar no posicionarnos.

Observar objetivamente las situaciones, no entrometerse y actuar en consonancia puede ser la mejor opción.

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