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Los celos entre hermanos

By 25 marzo, 2021Familias
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Si eres padre o madre de más de un hijo, seguramente te hayas encontrado con situaciones en las que parecía existir rivalidad. Los celos entre hermanos son algo normal hasta cierto punto, siempre que no se convierta en un problema que interfiera en la dinámica familiar.

Cuando se tiene más de un hijo, el tema de los celos es algo que está muy presente en el día a día. Y es que los niños muchas veces son así, “culo veo, culo quiero”. Pueden llevar meses sin hacerle caso a un juguete que, si lo coge su hermano, justo en ese momento será lo único a lo que quieran jugar.

En la mayoría de las ocasiones, suele ser el de más edad el que sienta cierta envidia del pequeño, ya que al nacer este parece que todos los cuidados y atenciones van hacia él (y muchas veces es así). De esta forma, el mayor empieza a verse menos importante, viendo a su hermano pequeño como un extraño, casi que se convierte un ladrón que ha venido a robarles el cariño de sus padres.

La familia y sus diferentes tipos

¿Debo acostumbrarme a los celos entre mis hijos?

Tal y como mencionábamos, los celos entre hermanos son algo hasta cierto punto normal. Se calcula que más del 90% de los niños los mostrarán en mayor o menor grado ante el nacimiento de un hermano o después de nacer. Por eso es necesario considerarlos algo habitual entre los chicos y no como un problema o fracaso de los padres.

Sin embargo, el hecho de que sean tan frecuentes no quiere decir que cualquier conflicto que se vaya a dar entre hermanos sea debido a los celos. Pueden darse casos de rivalidad por otros motivos que no tengan nada que ver, por ejemplo, por espacio, por posesiones, conflictos de poder, por razones de manejo de disciplina, etc.

Aunque los padres “lo hagan todo muy bien” la mayoría de los niños van a mostrar manifestaciones de celos cuando llega un hermano. Esto no es culpa de los padres ni del hijo, es una reacción normal en el desarrollo de los niños ante los cambios que suponen pasar de ser el centro de atención a tener que compartir tiempo y recursos con el recién llegado.

¿Lo mejor es tratarlos de la misma forma?

Muchas veces se dice que para evitarlos hay que “tratar a todos los hijos por igual” Esto no siempre es así, ya que cada uno tiene sus particularidades y unas necesidades especiales, por lo que hacerlo así puede ser injusto e incluso favorecer la aparición de los celos. 

Eso sí, hay que intentar que los hijos tengan las mismas oportunidades, pero ni podemos ni sería deseable tratarlos a todos por igual. Llevando el ejemplo a un extremo: imaginemos que uno de los hermanos tiene algún tipo de discapacidad ¿Sería justo tratar a los dos por igual en este caso? Si lo hiciéramos, estaríamos dando una ayuda a alguien que no la necesita, y restando apoyo a quien más la requiere.

El apego en la familia

¿Entonces, qué hacer?

Aunque no siempre se puedan evitar los celos, sí que es posible amortiguarlos en cierta medida. Por ejemplo, durante el embarazo podemos hablarle a nuestro hijo del bebé, permitirle que lo sientan en la tripa de la mami, que nos acompañen a hacer recados y compras relacionados con la llegada de su hermano, etc.

Por otro lado, si hay que realizar cambios (por ejemplo, dónde duerme, destete, etc.) hay que intentar dosificarlos para que no se junten demasiados al mismo tiempo con la llegada del hermanito y se sientan desplazados por este. Más tarde, cuando nace el bebé, es bueno que los mayores puedan ir a conocerle al hospital, dejarles que le acaricien, etc.

No podemos olvidar que es mucho más importante prestar más atención a las conductas positivas que a las manifestaciones de celos en forma de actitudes inadecuadas que no queremos que se repitan. 

Por otro lado, también suele ocurrir que algunos pueden disfrutar mucho con “pequeñas responsabilidades” relacionadas con el cuidado del hermano. Ser el encargado de llevar las toallitas para el cambio de pañal, echándole un ojo cuando no miramos, consolándole si llora… les hace sentir importante.

En resumen, si eres padre no puedes olvidar que aunque tu hijo pequeño precise más atenciones hasta que se vaya adaptando, el mayor también las necesita, por lo que deberás poner gran empeño en que los dos se sientan queridos e importantes. Lo mejor será siempre que fluyan los sentimientos de unión, de forma que los pequeños no se adviertan separados, sino elementos muy relacionados y miembros de un grupo humano: la familia.

Podemos ayudarte.

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