¿Cuántas veces, delante de otra persona, le hemos contado algo y no nos hemos sentido escuchados? ¿Te ha ocurrido? Si es así, sigue leyendo. Vamos a hablarte de la escucha activa.
La escucha activa es una de las habilidades sociales más importantes que existen, y no siempre somos capaces de aplicarla adecuadamente. Suele decirse que uno de los mayores placeres del ser humano es sentirse escuchado. Saber que el otro está ahí, que le interesa lo que le estamos contando y que incluso nos da una respuesta relacionada con ello, es una auténtica señal de que a la otra persona le importamos.
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Pero esto no siempre sucede. En muchas ocasiones los mensajes que enviamos no son todo lo eficaces que nos gustaría. Además, puede ocurrir que nuestro interlocutor no sepa hacerlo de manera adecuada, nos interrumpa o no nos preste atención.
¿Por qué es tan difícil la escucha activa?
Uno de los mayores errores que solemos cometer a la hora de poner en práctica la escucha activa tiene que ver con la anticipación. Suele ocurrir que, en lugar de tomarnos el tiempo para escuchar de verdad el mensaje de nuestro interlocutor, nos empeñamos en organizar en la mente una respuesta con rapidez. De esta forma, no solo nos perdemos parte del mensaje que nos están dando, sino que cometemos el riesgo de dar una respuesta poco precisa o relacionada con el tema en cuestión.
Si, por poner un ejemplo, alguien comienza a hablarnos acerca de sus vacaciones, nos cuenta dónde ha estado y qué ha hecho, es muy probable que mientras lo haga empecemos a pensar en nuestras propias vacaciones. De esta forma, vienen a la mente imágenes y recuerdos de nuestra vida, lo cual dificulta una verdadera escucha. Si además de esto, la interrumpimos, tenemos el caldo de cultivo perfecto para una auténtica falta de comunicación.
Escuchar es difícil porque supone encontrar el equilibrio entre satisfacer nuestros deseos egoístas de atención e interesarnos por el otro.
Trucos para escuchar de verdad
Nos gustaría darte algunos consejos que quizá puedan serte útiles si estás interesado en ser un mejor oyente:
1. Utiliza las preguntas abiertas. Cuando estés delante de alguien y de verdad quieras conocerle o interesarte por él o ella, hazle siempre preguntas abiertas. Al hacer esto, le darás la oportunidad de darte más detalles. A su vez, estos te darán la ocasión de preguntar. La otra persona estará encantada, y aumentarán las probabilidades de que al terminar de hablar, haga lo mismo por ti.
2. No termines las frases del otro. A veces puede resultar tentador terminar las frases de nuestro interlocutor antes de que este haya finalizado su conversación. Esto suele ocurrir por impulsividad, poca paciencia o la dificultad de nuestro ego para que la atención no esté puesta en él. Si le dejas terminar, lograrás tener un mensaje completo. Recuerda que la prisa y la ansiedad es la verdadera enemiga de la conversación.
3. Intenta aprender. Siempre. Cuando hables con otra persona, trata de aprender de ella. Todo el mundo tiene cosas que aportarnos si somos capaces de escuchar. Cuando hagas preguntas a alguien, hazlas con sentido, con curiosidad y con un interés sano. Es momento de abandonar los prejuicios y centrarnos única y exclusivamente en lo que estamos escuchando.
No debemos olvidar que ser un buen oyente no significa que no puedas expresarte. Más bien se trataría de encontrar el punto adecuado en el que, tanto tú como tu interlocutor, os sintáis cómodos y motivados a seguir charlando. Se trataría de un intercambio en el que ambos salen beneficiados.
¿De qué sirve escuchar bien?
De muchísimo. La base de las auténticas relaciones entre las personas está en una adecuada comunicación, además de la existencia de otros valores como la confianza, la sinceridad o el respeto.
Muchos de los problemas o dificultades que podemos experimentar en la vida, especialmente aquellos que tienen que ver con la soledad, se relacionan con el hecho de no haber aprendido a tratar con los demás de una forma auténtica. Es por eso por lo que resulta tan importante dedicarle tiempo a este asunto.
En resumidas cuentas, la escucha activa es una de las habilidades sociales más necesarias. Si eres capaz de practicarla, y combinarla bien con la expresión de tus afectos y emociones, tendrás un largo camino recorrido en lo que a tus relaciones se refiere.
